Aunque en Europa existen algunas especies de plantas similares, se considera que la tuna es propia de América. Esta especie tiene gran resistencia, por lo que es común encontrarla en zonas arenosas o calcáreas, así como en tierras poco fértiles o pedregosas.
Su crecimiento es posible gracias al mucílago, que es una sustancia viscosa que tiene la capacidad de absorber grandes cantidades de agua. El mucílago hace que la tuna sea una gran fuente de líquido para el ser humano. Esto la convierte en una fruta refrescante y saludable. También posee otros componentes destacados como sales minerales (calcio, fósforo, hierro), vitaminas, especialmente vitamina C, y un 15% de azúcares.
Para consumirla es importante tomar en cuenta la coloración, debe estar amarilla o roja, que es el tono que adquiere cuando madura totalmente.
Tradicionalmente ha tenido muchos usos medicinales. La web Prodiversitas Bioética señala que las culturas prehispánicas la usaban para detener el flujo sanguíneo con las semillas, para eliminar las fiebres ingerían el jugo, la fruta era útil para el exceso de bilis y la pulpa y las pencas asadas se usaban como cataplasma.
Para el tratamiento de hernia, hígado irritado, úlceras estomacales y erisipela (inflamación de la piel) utilizaban la raíz. El mucílago servía para manos y labios partidos. La página web también señala que una pequeña plasta curaba el dolor de muelas, que la pulpa de las tunas servía para la diarrea, las pencas descortezadas ayudaban en el parto y que las espinas fueron usadas en la limpieza de infecciones.
Carmen Sáenz Hernández, de la facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, con 23 años de experiencia en investigaciones de la tuna, señala en la web del diario EL Liberal, que el mucílago de la planta de la tuna “se puede utilizar como un extraordinario protector gástrico en el tratamiento de úlceras y que sirve para evitar los daños que los ácidos producen al estómago”.
Sáenz también realizó un amplio trabajo sobre el colorante que se puede obtener de las tunas rojas. Esto sería una alternativa para los colorantes artificiales. El colorante de la tuna se usaría de la misma forma que se utilizan los pigmentos de la remolacha y sería otra opción además de la cochinilla, que son insectos que sobreviven en la tuna y que proveen del carmín.
En la actualidad se puede obtener una diversidad de derivados de la planta y el fruto de la tuna. En la Universidad Técnica de Ambato, Mayra Aguilar y Lourdes Erazo, estudiantes de la Facultad de Ingeniería en Alimentos, como parte de una clase propusieron la elaboración de vino de tuna.
Han obtenido excelentes resultados pues en solo un mes posee un sabor dulce y se ha clarificado sin necesidad de intervención química, con lo que han desarrollado otro producto derivado de la versátil tuna.
TENGA EN CUENTA
La tuna pertenece a la familia de las cactáceas, que se caracteriza por tener espinas y por almacenar agua.
La tuna en la cosmética
Existen champú, crema humectante, jabón, acondicionador, mascarillas, gel para el cabello, gel para la ducha, loción astringente. A sí como sombras para ojos, rubor, lápiz labial hechos a base de cochinilla.
Su forma de uso
En Ecuador por lo general se consume la fruta o jugos de esta. Pero también se pueden hacer mermeladas, jaleas, néctar, tunas en almíbar, alcoholes, vinos y colorantes.
En Ambato dos estudiantes elaboran vino de tuna
Sus diversos nombres.
En Argentina, Chile, Bolivia y Perú: tuna, nopal. En España: chumbera, higos de la India o higo chumbo En EE.UU.:prickly – pear (pera espinosa), higuera chumba, ficus en latín, señala la web Prodiversitas.
Fuente: http://www.elcomercio.com
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